La Patria es más que un pan con chicharrón – La Línea

pan con chicharrón

Perú acaba de ser coronado “campeón del mundial de desayunos” en un torneo virtual convocado por el youtuber español Ibai. No es una sorpresa. Desde 2012, Perú ha ganado nueve veces el título de mejor destino culinario del mundo otorgado por los World Travel Awards. Por su diversidad culinaria, propia de un país con una experiencia agrícola histórica, múltiples climas y fusión de cocinas de otros lugares, Perú ha sido y es una referencia en materia de gastronomía. Desde su raíz originaria, incluyendo los aportes de la España colonial y de los esclavos africanos traídos al continente, además de las grandes oleadas de migración china y japonesa, la cocina peruana ha afirmado su identidad entre la tradición y el mestizaje. ¡Buen provecho!

Lo que si sorprendió en este torneo virtual fue la devoción “patriótica” con la cual los peruanos y peruanas defendieron el pan con chicharrón. Mas de 12.8 millones de corazones peruanos votaron en la final para superar a la arepa de reina pepiada venezolana. Un sentimiento similar al entusiasmo que desatan los partidos del equipo nacional de futbol, a pesar de sus quebrantados resultados. Estos 12.8 millones de votos sobrepasan largamente los votos válidos que coronaron al ganador las últimas cinco elecciones presidenciales.

Pero esta emoción nacionalista tiene sus limites. Fuera del ámbito gastronómico, la fibra patriótica del pueblo peruano es más bien débil y se expresa en la escaza defensa de los intereses nacionales. El 40% del territorio nacional se encuentra concesionado mayoritariamente a empresas extranjeras, sin que se levanten voces para reclamar por lo propio. Sectores estratégicos de la economía como la minería, energía o infraestructura son manejados por empresas de capitales extranjeros, cuando no pertenecen directamente a otros Estados. Es el caso del aeropuerto Jorge Chavez (manejado por la municipalidad alemana de Franckfurt), los puertos del Callao (manejado por el emirati de Dubai) o de Chancay (propiedad del estado chino), la empresa de telecomunicación Bitel (del ministerio de defensa de Vietnam). La lista no es exhaustiva y podría alargarse mucho más sin que ninguno de los que votaron por el pan con chicharrón tuvieran algo que objetar. Lo mismo occurio con la recien aprobada ley de Zonas Economicas Especiales Privadas y la nueva ley de agro exportación. Con esta legislatura, se permiten paraísos fiscales internos, y se dejará de recaudar 13.000 millones de dolares. La Patria está siendo saqueada sin que a ningún amante de la panceta del cerdo le parezca digno de protestar.

Desde hace 3 años, a pedido del gobierno ilegitimo de Boluarte y ratificado por este Congreso mafioso, el ejercito estadounidense ocupa militarmente el país con la presencia de miles de soldados desplegados en el territorio. A ello se suman ocho bases militares y un bio laboratorio norteamericano en la Amazonía disque para luchar contra el narcotráfico. Así mismo, durante años, organizaciones financiadas por gobiernos extranjeros occidentales (principalmente EE.UU a través de la USAID, y algunos países de la Unión europea) trabajaron en función de los intereses de sus patrocinantes, cuando no les hacian directamente trabajos de inteligentsia territorial. Pero esta ocupación militar y financiera no ha provocado una ola de protesta, ni siquiera de indignación.

Este escaso sentimiento patriótico puede explicarse por la ausencia histórica de un proyecto de nación. En los 201 años de historia republicana, pocos han sido los proyectos orientados a construir una patria para todos que superaran la continuidad del orden colonial promovido por las oligarquias criollas. La influencia Bolivariana duró apenas 3 años (1824-1827), la confederación Perú-Bolivia 3 años más (1836-1839), y sobre todo el gobierno revolucionario de las Fuerzas Armadas liderada por el general Velasco, 7 años (1968-1975). En resumen 13 escasos años donde se pensó trazar un camino de patria que incluyera a las grandes mayorias. Durante 188 años, el país ha seguido funcionando como una colonia sin metrópoli: un conjunto de tierras dominadas y saqueadas por elites criollas que carecen de proyecto nacional y mantienen una sociedad de dominación, injusta y profundamente segregacionista.

Hace dos decadas, concordante con su propuesta neoliberal y neocolonial, el ex presidente Alan García mercantilizó la Patria haciendo de Perú una marca como cualquier otra. Para reforzar las ventajas comparativas de la “marca Perú” promocionó su gastronomía al nivel internacional, con el resultado que conocemos: Perú es campeón mundial de desayunos, pero carece de Patria, la nación popular continua siendo un proyecto inconcluso.

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