De Chicago a Chiclayo, ¿un papa peruano del sur global? – La Línea

Leon XIV

Al final de la larga carretera tomada por árboles de algarrobo y el sol abrazador del desierto asoma Chulucanas, pequeño pueblo de la región Piura casi en la frontera con Ecuador, asolado por la pobreza y la desigualdad. A esta tierra pre inca de campesinos que ganan con sudor el pan de cada día, arribó hace 46 años un joven misionero proveniente de Estados Unidos. Discípulo de San Agustín y movido por la humildad, el joven Robert Prevost percibió el contraste con su Chicago natal y reafirmó su vocación de servicio quedándose cuatro décadas en el país… Y el norte peruano no saldría más de su vida.

Robert Prevost, el flamante papa León XIV, nació en Estados Unidos, pero tiene una larga historia con Perú, país del cual obtuvo la nacionalidad el 2015. Durante nueve años fue obispo de Chiclayo, también al norte del país. Chiclayo es una ciudad costera de casi un millón de habitantes que ha crecido desordenadamente recibiendo migrantes de los andes y afrontando graves problemas como la falta de servicios públicos y el aumento de la criminalidad. Durante su labor obispal, Prevost priorizó la cercanía con los fieles y es recordado por su activismo durante la pandemia, así como por su permanente solidaridad con los damnificados por las lluvias del fenómeno del niño.

Como obispo, Prevost tuvo intervenciones relacionadas con la coyuntura política peruana defendiendo a las víctimas del autoritarismo y el abuso de poder.  El 2017 cuando Pedro Pablo Kuciznsky concedió un indulto ilegal a Alberto Fujimori, Robert Prevost manifestó “el expresidente Fujimori pidió perdón en una forma genérica. Sería más eficaz pedir perdón más expresamente por alguna de las grandes injusticias que fueron cometidas, por las cuales él fue juzgado y sentenciado». A inicios del 2023 cuando la oligarquía derrocó a Pedro Castillo imponiendo a Dina Boluarte y miles de peruanos que protestaban eran masacrados, el entonces obispo de Chiclayo declaró: «Le dije al Santo Padre que no era el mejor momento para dejar el país. Yo quiero seguir acompañando al pueblo, hay sectores que se sienten olvidados»

El obispo Prevost también tuvo un papel importante en el caso “Sodalicio de Vida Cristiana”, siendo uno de los obispos que desde la Conferencia Episcopal se puso del lado de las víctimas. El Sodalicio, junto a los grupos Legionarios de Cristo y Tradición, familia y propiedad, fue una de las corrientes ultra conservadoras surgidas al interior de la iglesia católica latinoamericana para oponerse a la teología de la liberación y a las espiraciones emancipadoras de la iglesia en la región. Esta agrupación surgida en Perú congregaba a jóvenes varones de familias pudientes, muchos de los cuales denunciaron haber sido víctimas de abusos sexuales. Tras varios años de investigación, el año 2025 el papa Francisco disolvió esta congregación reaccionaria que había derivado en la criminalidad.  Al contrario del elitista Sodalicio, la identidad espiritual de León XIV se nutrió de la cultura andina, la sabiduría de los pueblos originarios y la cotidianidad de los campesinos norteños con las cuales solía compartir.

En el año 2018 Prevost fue elegido vicepresidente de la Conferencia Episcopal Peruana y en 2023 el papa Francisco lo llamó a Roma para asumir como prefecto del Dicasterio para los Obispos y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina. Estos últimos años, trabajó cerca a Francisco respaldando sus posturas en defensa del medio ambiente, los derechos humanos y contra de la criminalización de la migración por parte de las autoridades estadounidenses. Al fallecer el papa Francisco, Prevost pidió «atesorar el amor por los pobres (…) creo que en este sentido el Papa ha dejado un ejemplo muy grande para el mundo. A mí, personalmente, me lo ha dejado, por mi trabajo como obispo en Perú, como misionero, y por muchas otras cosas».

Al ser proclamado papa, León XIV saludó en español a su “querida Diócesis de Chiclayo” en un gesto que expone sus vínculos con Perú y América Latina y lo reafirma como el segundo papa latinoamericano consecutivo. Esto no debería extrañar pues América Latina y África son actualmente los dos continentes motores de la fe católica. En tal sentido, León XIV puede ser considerado un papa del sur global, poco afín a la visión de los católicos tradicionales de la vieja Europa. Sin embargo, los orígenes occidentales del nuevo papa aunados a su trayectoria latinoamericana, podrían tender puentes entre estos dos mundos que hoy parecen no comprenderse.

Hace unos meses, falleció el creador de la teología de la liberación, el también peruano Gustavo Gutiérrez. En los años 80, el papa Juan Pablo II emprendió una marginalización de esta corriente liberadora en las instancias eclesiásticas al mismo tiempo que la CIA promovía sectas evangélicas para enterrar la posibilidad de una iglesia liberadora. La designación de Robert Prevost como máxima autoridad de la iglesia católica puede ser vista como una revancha póstuma de Gutiérrez y de todos los que apostaron por la doctrina social de la iglesia. Sin lugar a duda, Perú es una tierra de contrastes extremos, incluso en la práctica de la religión. En tiempos de arremetida reaccionaria, de violencia social y de cruentas guerras, León XIV enfrenta grandes retos que pondrán a pruebas el temple que forjó hace cuarenta años cuando pisó las tierras áridas de Chulucanas.

La Línea